1 My son, give ear to my words, for I say unto you, even as I said unto Helaman, that inasmuch as ye shall keep the commandments of God ye shall prosper in the land; and inasmuch as ye will not keep the commandments of God ye shall be cut off from his presence.
1 Hijo mío, da oído a mis palabras, porque te digo, como dije a Helamán, que al grado que guardes los mandamientos de Dios, prosperarás en la tierra; y si no guardas los mandamientos de Dios, serás separado de su presencia.
2 And now, my son, I trust that I shall have great joy in you, because of your steadiness and your faithfulness unto God; for as you have commenced in your youth to look to the Lord your God, even so I hope that you will continue in keeping his commandments; for blessed is he that endureth to the end.
2 Y ahora bien, hijo mío, confío en que tendré gran gozo en ti, por tu firmeza y tu fidelidad para con Dios; porque así como has empezado en tu juventud a confiar en el Señor tu Dios, así espero que continúes obedeciendo sus mandamientos; porque bendito es el que persevera hasta el fin.
3 I say unto you, my son, that I have had great joy in thee already, because of thy faithfulness and thy diligence, and thy patience and thy long-suffering among the people of the Zoramites.
3 Te digo, hijo mío, que ya he tenido gran gozo en ti por razón de tu fidelidad y tu diligencia, tu paciencia y tu longanimidad entre los zoramitas.
4 For I know that thou wast in bonds; yea, and I also know that thou wast stoned for the word’s sake; and thou didst bear all these things with patience because the Lord was with thee; and now thou knowest that the Lord did deliver thee.
4 Porque sé que estuviste atado; sí, y también sé que fuiste apedreado por motivo de la palabra; y sobrellevaste con paciencia todas estas cosas, porque el Señor estaba contigo; y ahora sabes que el Señor te libró.
5 And now my son, Shiblon, I would that ye should remember, that as much as ye shall put your trust in God even so much ye shall be delivered out of your trials, and your troubles, and your afflictions, and ye shall be lifted up at the last day.
5 Y ahora bien, hijo mío, Shiblón, quisiera que recordaras que en proporción a tu confianza en Dios, serás librado de tus tribulaciones, y tus dificultades, y tus aflicciones, y serás enaltecido en el postrer día.
6 Now, my son, I would not that ye should think that I know these things of myself, but it is the Spirit of God which is in me which maketh these things known unto me; for if I had not been born of God I should not have known these things.
6 Y no quisiera que pensaras, hijo mío, que sé estas cosas de mí mismo, sino que el Espíritu de Dios que está en mí es el que me da a conocer estas cosas; porque si no hubiera nacido de Dios, no las habría sabido.
7 But behold, the Lord in his great mercy sent his angel to declare unto me that I must stop the work of destruction among his people; yea, and I have seen an angel face to face, and he spake with me, and his voice was as thunder, and it shook the whole earth.
7 Mas he aquí, el Señor en su gran misericordia envió a su ángel para declararme que debía cesar la obra de destrucción entre su pueblo. Sí, y he visto a un ángel cara a cara, y me habló, y su voz fue como el trueno, y sacudió toda la tierra.
8 And it came to pass that I was three days and three nights in the most bitter pain and anguish of soul; and never, until I did cry out unto the Lord Jesus Christ for mercy, did I receive a remission of my sins. But behold, I did cry unto him and I did find peace to my soul.
8 Y ocurrió que durante tres días y tres noches me vi en el más amargo dolor y angustia de alma; y no fue sino hasta que imploré misericordia al Señor Jesucristo que recibí la remisión de mis pecados. Pero he aquí, clamé a él y hallé paz para mi alma.
9 And now, my son, I have told you this that ye may learn wisdom, that ye may learn of me that there is no other way or means whereby man can be saved, only in and through Christ. Behold, he is the life and the light of the world. Behold, he is the word of truth and righteousness.
9 Y te he dicho esto, hijo mío, para que aprendas sabiduría, para que aprendas de mí que no hay otro modo o medio por el cual el hombre pueda ser salvo, sino en Cristo y por medio de él. He aquí, él es la vida y la luz del mundo. He aquí, él es la palabra de verdad y de rectitud.
10 And now, as ye have begun to teach the word even so I would that ye should continue to teach; and I would that ye would be diligent and temperate in all things.
10 Y así como has empezado a enseñar la palabra, así quisiera yo que continuases enseñando; y quisiera que fueses diligente y moderado en todas las cosas.
11 See that ye are not lifted up unto pride; yea, see that ye do not boast in your own wisdom, nor of your much strength.
11 Procura no ensalzarte en el orgullo; sí, procura no jactarte de tu propia sabiduría, ni de tu mucha fuerza.
12 Use boldness, but not overbearance; and also see that ye bridle all your passions, that ye may be filled with love; see that ye refrain from idleness.
12 Usa valentía, mas no altivez; y procura también refrenar todas tus pasiones para que estés lleno de amor; procura evitar la ociosidad.
13 Do not pray as the Zoramites do, for ye have seen that they pray to be heard of men, and to be praised for their wisdom.
13 No ores como lo hacen los zoramitas, pues has visto que ellos oran para ser oídos de los hombres y para ser alabados por su sabiduría.
14 Do not say: O God, I thank thee that we are better than our brethren; but rather say: O Lord, forgive my unworthiness, and remember my brethren in mercy—yea, acknowledge your unworthiness before God at all times.
14 No digas: Oh Dios, te doy gracias porque somos mejores que nuestros hermanos, sino di más bien: Oh Señor, perdona mi indignidad, y acuérdate de mis hermanos con misericordia. Sí, reconoce tu indignidad ante Dios en todo tiempo.
15 And may the Lord bless your soul, and receive you at the last day into his kingdom, to sit down in peace. Now go, my son, and teach the word unto this people. Be sober. My son, farewell.
15 Y el Señor bendiga tu alma y te reciba en el postrer día en su reino, para sentarte en paz. Ahora ve, hijo mío, y enseña la palabra a este pueblo. Sé juicioso. Adiós, hijo mío.